Ovejas

A veces Madrid vuelve al pasado. Desde hace muchos años, una mañana las ovejas desplazan a los coches y los bocinazos se transforman en balidos. También las gentes cambian sus atuendos y los trajes tradicionales sustituyen a las prendas de marca. El tiempo se detiene.

En estos casos la fotografía en blanco y negro cobra especial relevancia. Los colores sobran y las distintas tonalidades de grises y blancos refuerzan el carácter añejo de la jornada


El mismo personaje con un par de segundos de diferencia. Los mismos que ha tardado en apartar la mirada de su reloj de bolsillo. Al ver la cámara su rostro mostró claras señales de asombro. Le resultaba familiar. De hecho, una vez hecha la fotografía me preguntó por el modelo y su antigüedad. "Es una Rollei de 1964" - Le dije. "Pues tiene más años que usted" -Contestó.


Seguí subiendo por la calle Mayor donde me topé con un grupo de personas que bailaban divertidas. Mientras muchos curiosos les fotografiaban alejando sus cámaras del rostro para ver cómodamente las pantallas. Yo, sin embargo, miraba para abajo. Ya que esta es la única forma de enfocar con a Rollei, una forma de hacer fotografía que te permite centrarte en la imagen mientras aquellos que la protagonizan sólo ven a una persona que mira hacia abajo. Te aíslas de la escena pero al mismo tiempo te conviertes en espectador privilegiado.


Pero no sólo es mucho más fácil que la gente te permita fotografiar por el motivo anteriormente expuesto. Sino que el hecho de llevar colgada al cuello una máquina de casi cincuenta años también ayuda. Suscita tanta curiosidad que la gente accede sin pensárselo. Lo malo es cuando alguno te pregunta si le puedes enseñar la fotografía...


Casi llegando a la Puerta del Sol este buen hombre nos recuerda que aún quedan oficios tradicionales y que un bastón no sólo es una ayuda, sino que puede convertirse en una auténtica obra de arte. Y a un módico precio de 15 euros.


Manos curtidas por el tiempo y el duro trabajo. La artrosis no es un obstáculo para sacar de un trozo de madera lo mejor de la imaginación del artesano. Y su sonrisa es una muestra de que hace falta realmente poco para disfrutar de lo bello


Todas la fotografías las hice con una cámara Rolleiflex 3.5 F de 1964. La película utilizada fue Rollei 400, revelada en Kodak TMax. Escaneadas con el Nikon Coolscan 8000 ED

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